El hombre tenía 38 años. Vivía con su mujer y su pequeño hijo. Para purificar sus energías inició un ayuno que lo llevó a la muerte, porque durante más de una semana no ingirió ningún alimento o líquido.
Noticia extraida de: http://www.diariouno.com.ar/contenidos/2013/09/09/noticia_0092.html